viernes, 28 de mayo de 2010

Hola, sí...


...llamaba para avisar que ya estoy en París. Chau!


Los alemanes con los que me crucé en Frankfurt me sorprendieron gratamente: fueron muy cordiales, amables, sonrieron mucho, tanto en los negocios como en el metro o como en la calle.

Mi host - Josie, de Inglaterra, pero viviendo en Frankfurt hace varios años - fue absolutamente adorable e hizo que mis días en la ciudad fueran aún mucho mejores. Ver a Patricia por uno poco más de 24 hs también influyó en que me haya ido con una buena sensación sobre el lugar.

La ciudad es bastante distinta a todo lo que había conocido, y es donde se cumplen todos los preconceptos sobre Europa: la limpieza es absoluta, nadie tira un papel en la calle, y la gente, en general, espera a que aparezca el hombrecito verde antes de cruzar la calle, aunque no venga ningún auto.

La gente toma mucho café, todos son muy modernos para vestirse, y no es raro ver a hombres en estricto traje pedalear por el centro financiero.

Mucha gente parece estar durmiendo a las 9/10 pm, lo que hace que sea todo distinto a lo conocido, ya que como es casi verano, a las 9,30 aún no terminó de oscurecer.

Me quedó pendiente tomar apfelwein, que es vino de manzana, pero bueno, lo haré cuando vuelva a tomar el avión de regreso a Argentina.

jueves, 27 de mayo de 2010

La fiebre mundialista


Una marca de conservas alemana, Bonduelle, tiene una promoción por el mundial "Hamstern wie die Welmeister!" que en mi diccionario significa "laj-laj-laj" (la versión alemana de lalala) y que según la traducción de google es "tesoro como campeón del mundo" (es decir, lajlajlaj).

La idea es juntar etiquetas y cambiarlas por muñequitos. Al menos eso es lo que puedo entender por los dibujitos (como sentirse una nena de 5 años en un nanosegundo).

Hay varios personajes, pero me llamó la atención uno "Diego Maissino" que tiene una camiseta blanca y celeste. Me imaginé que los nombres de los personajes tenían que ver con alguna legumbre o algo así, y efectivamente, mais es choclo. Diego Choclito, o algo así. También me pareció que podían jugar con el parecido con Messi. Y con el Cholo. Qué se yo.

Mi padre estará chocho al enterarse de esto, ya que confirma su teoría de que Diego es casi un Beatle. O más.


Quiero dejar asentado que hay un personaje brasilero, que se llama Bohnario (bohnen=porotos), y cuya camiseta es mucho más distinguible que la argentina.

En otro orden de ideas, volviendo al departamento, en un parque que está a pocas cuadras de casa, me encontré con un primo lejano de Nando. Quise entablar comunicación, pero el tipo no entendía español ni inglés, y yo no paso de Hallo y Tschuss. Y bueno, ahora también mais y bohnen, palabras de gran relevancia al momento de pedir una orientación o intentar entablar una conversación con el compañero de banco en una plaza.





Algunos precios:

Parece que es vox populi que Alemania en estos momentos es uno de los país más baratos de Europa. De Europa occidental al menos. Aquí, algunos precios para que tengan una idea:
- Pasaje de metro: 2,3 €
- paquete de pan lactal 0,48€
- 150 g de camembert 0,49 €
- pizza congelada 1,90 €
- una cerveza en un bar (tirada) 2,5 €
- una cerveza en el supermercado 1/1,5 €
- 1,5 lt de té helado 0,45€
- un clip para papel 30 €

Sí, sí, leyeron bien. Un clip para papel cuesta 30 euros. Al menos, ese el precio cuando viene un señor a abrir la puerta con un clip todo retorcido porque te quedaste afuera (y tus llaves adentro). Los ángeles de Charlie, un poroto.

martes, 25 de mayo de 2010

Desvarios filosóficos

El viaje estuvo bastante bien, si no fuera por un menor ataque al hígado. Llegué a Frankfurt, y apenas me bajé del avión comencé a jugar con todas las palabras que podía llegar a adivinar y entender.

No hay nada más divertido que ir a un país donde no hablás la lengua.

Llegué al control de pasaportes, con toda la papeleta en la mochila, lista para demostrar que mi idoneidad. Estoy en la fila del alemán más alemán de la historia. Me acerco al mostrador, pasaporte en mano, y entonces...

Yo: Hi.
Él: Hello.

Me selló el pasaporte y eso fue todo.

LA LA LA

De ahí, fue hasta la terminal de trenes, y a las maquinolas para sacar el ticket para venir hasta frankfurt...hello...todo en alemán! Así que haciendo uso de mi intuición, elegí lo que me parecía que tenía que elegir, y con billete en mano fui hasta el Sr. Seguridad y básicamente le pregunté si con ese boleto llegaba hasta donde quería llegar. Me dijo que sí, y hasta acá llegué.

Patty me estaba esperando, vinimos caminando hasta el depto de Josie, y descubrí una ciudad tranquila, pintoresca, llena de gente muy amable. Así que, por ahora, sale con fritas.