La bolsa de café que compré cuando me mudé a lo de Marcela se está acabando y justo queda para los cafés que voy a tomar de aquí al lunes.
El lunes, el día D, dejo el cuarto que estuve alquilando estos últimos veces. Dejo el barrio de laranjeiras. Dejo a Pingo, que me parece que va a sentir mi ausencia. Dejo la playa. Dejo a la gente que conocí aquí. El lunes dejo Río de Janeiro en dirección a Belo Horizonte.
Y si bien vuelvo a Río para Carnaval, estaré hospedándome con Thaís, unos días, para volver a irme.
Tengo muchas ganas de viajar, conocer otros lugares, otras personas, pero dejar Río... es muy difícil!
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