Luego fuimos para el Museu do Indio. HERMOSO. Tenían una muestra pequeña, pero super original y moderna. Donde describían y retrataban la vida diaria de los pueblos indígenas de Oiapoque. Desde la cocina, hasta las armas, pasando por los rituales y los distintos mitos.
Salimos de ahí, y en el camino de regreso, pasamos por la casa de Rui Barbosa. Es una casa estilo colonial preciosa, un caserón, donde ahora hay una fundación y una biblioteca. Como había que pagar para ingresar, decidimos disfrutar del jardín que rodea la casa. Un espacio de tranquilidad y silencio, a metros de varias avenidas.
Y para cerrar la tarde cultural, nos sentamos en un local especializado en jugos, donde disfruté un rico jugo de ananá y menta.
Tough life, I know.
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