Si bien ayer tocaron dentro del bar (suelen tocar en la vereda), y me derretí un poco - bastante - bailando ahí adentro, la idea es la misma. Samba, buena onda y un par de cervezas bien frías.
Y estando ahí, disfrutando de eso que sólo Río puede ofrecer, me di cuenta cuánto voy a extrañar Río.
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